sábado, 13 de noviembre de 2010

Mais de meio milhao de galegos vivem com até 600 euros ao mês

Ourense encabeza los parámetros de la pobreza en España

CRISTINA HUETE - Ourense

Uno de cada cinco ourensanos vive en el umbral de la pobreza, con menos de 7.000 euros anuales. El director de Cáritas Ourense, Miguel Ángel Pérez de Juan, y el responsable de programas de esta institución, Ignacio Bedoya, presentaron ayer el balance anual de 2009 ("los datos de 2010 serán aún peores", vaticinan) del que se desprende que la provincia de Ourense encabeza en diversos parámetros la estadística gallega y la española respecto a la precariedad, esto es, la situación de "pobreza relativa" en la que viven 70.581 ourensanos de los 584.000 gallegos que están en similares condiciones.

En los últimos dos años, la demanda de acogida en centros de Cáritas se ha duplicado en toda España, y en Galicia recibieron ayuda para vivienda, educación, ropa o medicamentos más de 50.000 personas. La radiografía de la realidad socioeconómica presentada por Cáritas pone sobre el tapete que Ourense es la provincia con las pensiones más bajas de Galicia y con el nivel de formación académico más bajo de España, lo que la hace más vulnerable a la pobreza. El envejecimiento se lleva la palma. En la provincia es del 209% (por cada cien personas de menos de 20 años hay 209 de más de 65) y ayuntamientos como Calvos de Randín disparan la ratio: llega hasta el 890%.

En términos generales, la situación de bienestar no es mucho mejor en el conjunto de Galicia. El 10% de las 584.675 personas que viven con menos de 600 euros al mes no alcanza los 3.000 euros anuales, lo que los sitúa en la pobreza extrema.

Cáritas no tiene duda de que la crisis ha hecho mella en la no muy boyante economía media ourensana. Mientras que en 2008 la institución diocesana ofreció ayudas de emergencia a familias necesitadas por importe de 103.958 euros, en 2009 la cantidad casi se duplicó, alcanzando los 230.557 euros.

Cáritas atribuye a la crisis la destrucción de empleo que se ha cebado con la provincia. Desde 2007 hasta septiembre de 2010, Ourense vio desaparecer de su endeble tejido empresarial 340 negocios y los más afectados por este desmantelamiento son mayores de 25 años (el 90,34%) y el 55,69 % de ellos, mujeres.

El 75% de los ourensanos que acuden a Cáritas aseguran vivir en condiciones de habitabilidad. "Muchas son familias de clase media que jamás imaginaron que podrían encontrarse en este situación", sostiene Pérez de Juan. Pero unos ingresos medios familiares de 468 euros al mes y un gasto de 551 euros, hacen imposible la subsistencia.

Fonte: "El pais" -  09/11/2010

É criada a primeira rede social galega dedicada aos livros

Alberga una base de datos con cerca de un millón de títulos

MARCOS DO ESPIRITUSANTO - Vigo - 13/11/2010

Abrir un espacio gallego de literatura en Internet que sirva de punto de encuentro para todo el todo el universo del libro en Galicia. Ése es el principal objetivo con el que sale a la luz Redelibros.es, una plataforma virtual concebida como la primera red social gallega dedicada exclusivamente a la literatura y que pretende congregar en un mismo espacio a lectores, escritores y profesionales procedentes de la industria editorial. "Se trata de un servicio pensado, sobre todo, para el intercambio", explica Xosé Rodríguez Lois, uno de los promotores de esta iniciativa junto al editor Fran Zabaleta y al librero Gonzalo Pérez.

La aplicación, presentada ayer en Vigo, es de registro gratuito y ya ha logrado congregar a más de 200 usuarios. Se trata de una red social con "clara identidad gallega, en la que la literatura del país tendrá un peso primordial por el propio espacio en el que nace y la cercanía de las editoriales y las librerías que colaboran con ella", expone Rodríguez Lois. Al margen de las aplicaciones propias de la red social (mensajes, tablón de anuncios, chat...) destaca la posibilidad de consultar una amplia base de libros catalogados, cuyo fondo se aproxima ya al millón de títulos.

Al calor de la red se pretenden generar grupos de opinión en los que los usuarios puedan intercambiar con otras personas valoraciones o recomendaciones en torno a los libros que compran y leen. Cada usuario podrá interactuar con lectores con sus mismos gustos, comentar sus lecturas o recomendar libros. La plataforma permite, asimismo, que la persona registrada pueda crear su propia biblioteca virtual y personalizarla, decidiendo el nivel de privacidad de su perfil.

La web tiene además un espacio reservado para la agenda en el que se dará cuenta de los acontecimientos en torno a la industria del libro, como lanzamientos editoriales, charlas de escritores o convocatorias de premios literarios. Redelibros.es también deja la puerta abierta a la creación y ofrece una sección que permitirá a los usuarios colgar sus propios trabajos y recibir valoraciones y críticas que contribuyan a fomentar el proceso creativo y a facilitar a los editores la captación de nuevos talentos.

Sus creadores aspiran a convertir la red social en una plataforma de difusión del libro, en papel o electrónico, mediante la colaboración con editoriales y librerías. Para ello, está previsto que a principios del año próximo se ponga en marcha una red complementaria que permitirá al usuario entrar en cualquiera de los centros asociados y descargar obras en formato digital o hacer sus compras de volúmenes en papel. Entre otras cosas, se pretende hacer visibles en la red a pequeñas librerías que no disponen de web propia, permitiéndoles así exponer sus catálogos en Internet. Con todo, lo que se busca es "dar forma a un espacio cultural común que brinde nuevas oportunidades a autores, editores y, sobre todo, lectores", concluye Rodríguez Lois.

Fonte: "El Pais" . 13/11/2010

sábado, 19 de diciembre de 2009

Perder lo que se vive,
sobrevivir a lo que se pierde

R. Blanco

ABC.ES. 19 de diciembre de 2009.


Sería maravilloso que quien esto lea pudiese al mismo tiempo cerrar los ojos e imaginarse a un hombre que conduce, algunos años atrás, por la carretera que lleva de Santiago a Ourense. Viaja solo y es fotógrafo. Estamos en noviembre, mes de Santos y Difuntos, de San Martín y San Andrés (época de matanza es). El traqueteo de la carrocería del automóvil y el roce de las ruedas contra el asfalto amortiguan cualquier otro sonido exterior. La radio está apagada. Pero las ventanillas parecen estallar, golpeadas por los chillidos de los cerdos a los que ha llegado su hora («Polo San Martiño, mata o teu porquiño»; casualmente, numerosas poblaciones ourensanas tienen por patrón a San Martín de Tours). Los gritos se repiten durante el trayecto al cruzar alguna aldea, y, a oídos del conductor, se humanizan.

Otrora era algo muy habitual; ya no se suelen escuchar. Han pasado los años y ese mismo fotógrafo asiste a una matanza tradicional. Fotografía lo que ve, lo que él ve. No tendrá oportunidad de volver a hacerlo, y lo sabe. Es la última matanza de cerdos que se llevará a cabo en Igón, una pequeña aldea del ayuntamiento de Cervantes (Lugo). No habrá más. El sonido de aquellos años pasados deja ahora paso a la imagen. Quien esto escribe ha visto la serie completa de fotografías; ha recogido el testimonio de Teresa, una de las protagonistas de esta labor ancestral que para ella ha terminado; ha buceado en la memoria del frío; ha decidido imaginar (y compartir con quien lea) esta historia.

Las personas que viven actualmente en Igón son ya mayores. El padre de Teresa tiene 84 años, la madre 79. «Se sienten ya sin fuerzas para ocuparse de todo el trabajo que supone la crianza y matanza de los cerdos. En las otras dos casas viven dos parejas también muy mayores. Es la última vez. Acaso les entre la morriña y vuelvan a hacerlo, aunque para eso tendrían que contratar a otras personas y no hay mucha mano de obra a la que acudir en el rural gallego».

Teresa, que de niña corría al oír el chillido de los cerdos que sacrificaban, se debate entre el alivio y la pena. Hay en sus palabras cierto sentimiento de pérdida por lo que ha sido uno de los medios de vida de su familia. La celebración de la matanza se acaba al mismo tiempo que se van acabando los que la precedieron en la estirpe. «Mis padres siempre quisieron que nosotros, mi hermano y yo, estudiásemos y no tuviésemos que trabajar en el campo y llevar lo que ellos consideraban una vida dura. Así pensó mucha otra gente y de ahí el éxodo del campo a la ciudad. Ahora ven que su sistema de vida se acaba en el tiempo. Supongo que es muy triste para ellos».

De esta situación podría salir un relato de John Berger. Es posible que existan los universales. Es la sensación que se tiene al leer su relato «El viento también aúlla» (incluido en Pig Earth -Puerca Tierra-), donde la narración avanza sobre el pormenorizado telón de fondo de la matanza, celebrando, entre el lirismo y la tragedia, una forma de entender la existencia que también desaparece para siempre. Berger se exilió de la estulticia humana en 1962 y se fue a vivir a un pequeño pueblo rural de la Alta Savoia, que convirtió en marco de sus narraciones. De dicho libro es ya famoso su «Epílogo histórico», que se inicia diciéndolo ya todo: «La vida campesina es una vida dedicada íntegramente a la supervivencia». La misma idea expuso el etnólogo gallego Xaquín Lorenzo Fernández: «La vida de nuestro campo, de economía cerrada, hace que el campesino tenga que saber hacer de todo y que sus obras, sino artísticas, sean por lo menos prácticas».

Sucede en enero. En casa de los padres de Teresa se disponen a sacrificar dos gorrinos (antiguamente se mataban hasta seis). Para ello se han reunido vecinos y familiares. El día nace frío, propicio. Se desayuna con jamón, chorizo, lacón cocido, café con leche y una copita de aguardiente. «Esta última siempre fue parte de los desayunos de la matanza y yo no recuerdo que fuese de otros desayunos. Mi interpretación a este hecho es la búsqueda del valor que van a necesitar. Todo el mundo bebe, habla muy alto, se ríe... Pienso que es la manera de enfrentarse a algo tan duro, incluso para ellos, que están acostumbrados», nos dice Teresa.

En el exterior hay un aire matutino que corta la cara de los presentes, endurece la piel, volviéndola pellejo. Todo ha sido dispuesto siguiendo un orden exacto. Las distintas tareas se sucederán como si fuesen una coreografía bien sincronizada. Se darán órdenes a gritos, pero todo estará bajo control; no es más que otro antídoto contra el sufrimiento, igual que el alcohol.
Las leyes de protección de los animales también han querido minimizar su dolor, y el aturdimiento previo con pistola de bala cautiva se ha unido al sacrificio tradicional, que en Igón se realiza atravesando el cuello con un cuchillo largo, que pueda cortar los vasos sanguíneos del corazón (cada zona tiene sus costumbres, sus variantes, pero todas llevan al mismo fin. Del mismo modo que hay un continuum lingüístico románico, también debe haber un continuum de esta fiesta popular).

Una mujer se arremanga, aproxima un caldero a la herida abierta y recoge la sangre que mana a borbotones, sin dejar de removerla (si se quiere aprovechar) hasta que se enfríe. La sangre tiene un olor fuerte, espeso, crudo. Es la base de la morcilla gallega. En Igón se elaboraba antiguamente una morcilla dulce a la que se añadía manzana, fideo, arroz, miel y azúcar. La mezcla, cocinada, se metía dentro de la tripa y se secaba igual que los chorizos. La receta haría las delicias de Picadillo, quien inicia un apartado de La cocina práctica con el texto «De la matanza del cerdo», dando detalle de todo el proceso con excesivo desenfado: «Una voz suave y melodiosa entona un ¡quino, quino!, y una mano traidora traza con granos de maíz el camino desde el establo al cadalso».

Según el hábito de esta aldea, como en muchas otras partes, una vez muertos los marranos se raspan con agua caliente para despojarlos de las cerdas. Acto seguido se cuelgan en unos ganchos para poder abrirlos y sacarles las tripas, las vísceras y la grasa del unto. Para facilitar esta labor, a los gorrinos apenas se les da de cenar de víspera, para que no tengan el aparato digestivo muy lleno (curiosamente, algunos ni siquiera quieren probar bocado, como presintiendo algo, temerosos; de hecho, «después de morir el primero, a veces los siguientes ya no sangraban al clavarles el cuchillo; es como si quedasen petrificados por el miedo»).

Se limpian de grasa las tripas y se separan. Más tarde, después de la comida familiar, se lavarán en un riachuelo, y al día siguiente, tras el despiece de la carne, se rellenarán para hacer los chorizos y los androllos (el androllo es una variante del botillo), en cuya masa (zorza) se habrá trazado una cruz. También se traza una cruz sobre cada uno de los untos en el momento de prepararlos para su conservación. En La cocina gallega, Álvaro Cunqueiro refiere la superstición, en el capítulo inicial, que se titula precisamente «La matanza casera»: «Cuando el “amoado” está bien amasado, entonces la amasadora hace una cruz en la superficie de la masa, y en la encrucijada se pone un ajo entero, sin pelar. Hay que defender el “amoado” del enemigo y del mal de ojo».

El maestro Cunqueiro también nos deja páginas de suave aroma culinario, que dan buena cuenta de su gusto por la vida campesina: «Por San Martín, o la Navidad o la Candelaria, pasa uno por una aldea o una pequeña villa gallega, y aspira el aroma del laurel quemado, que están en alguna casa ahumando los chorizos». Tampoco se le escapa la felicidad que supone ver el trabajo acabado, realizado por uno mismo, cuando el puerco se ha vuelto comida suculenta que adorna los hogares: «Está un hombre comiendo una taza de caldo por la noche, o unas papas, y le echa una mirada a toda aquella cosecha, más hermosa que los jardines colgantes de Babilonia». Teresa debe tener parecidas sensaciones tras haber picado y adobado la carne con la que rellena los chorizos y androllos que ahora cuelga sobre el fuego, para secarlos: «la tarea más agradable, porque ya se ven colgados y todo el trabajo está hecho».
«En todo esto no hay nada de pintoresco ni de espectacular», nos recuerda Teresa. «En la aldea los niños también ven y participan, conscientes de que la muerte es parte de la vida, y de que la matanza es consubstancial a la ingesta de carne. He de reconocer que intenté que Breixo -mi hijo, de catorce años- no viese el momento de la muerte, pero él quiso estar allí y yo acepté». El sacrificio de un animal querido que se hace para tener comida durante el año es algo duro y necesario, pero no incompatible con el más absoluto respeto hacia él, pues animales somos todos: «Si quieres ver tu cuerpo, abre un puerco».


domingo, 26 de abril de 2009

El Mosquito e o vinho Ribeiro




Na Rua de San Pedro, no bairro de mesmo nome, em Santiago de Compostela, está localizado o bar El Mosquito, comandado por dona Júlia. É um lugar tradicional, ao mesmo tempo espaço de encontro de velhos amigos e point de jovens, que passam por ali para beber o famoso licor de café. Dizem que é o melhor de Santiago. Além do famoso licor, uma tradiçao da galega , pode-se beber vinho Ribeiro nas tradicionais cuncas. Os bares de Santiago se modernizaram e já nao há tantos pela cidade como esse. Espero que dona Júlia continue sem dar ouvidos aos filhos, desejosos, segundo dizem, de fechar o bar.

O vinho Ribeiro é uma das denominaçoes de origem da Galícia. As outras sao: Rias Baixas, Ribeira Sacra, Monterrei e Valdeorras. O portal Viño Galego traz mais informaçoes.



jueves, 23 de abril de 2009

Memória Gráfica de la Emigración Española

A emigração espanhola para o Brasil é o tema da exposiçao que poderá ser visitada até domingo, dia 26 de abril, na Casa de Espanha do Rio de Janeiro. A mostra reúne 7 cartazes e 98 fotografias pertencentes a arquivos históricos espanhóis e a agência de notícias EFE. O período abordado vai de 1910 a 1979.

A história de Espanha é marcada pela emigração. De acordo com dados do governo, entre 1889 e 2001, 709 mil cidadãos deixaram o país em direção ao Brasil. A maioria deles era da Galícia. De acordo com o estudo "Aportaciones al estudio de la emigración gallega, un enfoque comarcal", entre 1836 e 1960, deixaram a regiao 2.041.603 pessoas. No mesmo período, a saída total da Espanha foi de 5.311.906 emigrantes.




Em razão desse processo emigratório, atualmente, há 335.357 mil eleitores no exterior, número que representa 12,7% do total de votantes galegos. Há municípios em Ourense, como Avión e Bande, com mais eleitores fora da Galícia que em seus próprios territórios.

Veja também a matéria:
España inaugura por primera vez en América una exposición sobre la emigración


domingo, 19 de abril de 2009

Zanfona















A zanfona é um instrumento de origem espanhola ou do Oriente próximo que tem seus primeiros registros no século X. Foi muito utilizado por trovadores no século XVI. Ele quase desapareceu da Galícia, mas, nos últimos anos, voltou a ter destaque. O registro foi feito em uma feira medieval em Santiago de Compostela. Aliás, a famosa catedral compostelana é decorada com esculturas de tocadores de zanfona.

De acordo com a Revista de Folklore, somente na Espanha o instrumento teve vários nomes: armonía, cinfonia, çinfonía, canpoña, chifonía, chinfonia, gaita de rabil, gaita zamorana, lira alemana, lira rústica, organistrum, rota, rota britannica, sanfona, sanfonia, simphonia, sinfonía, symphonia, symponia, viela, viola, viola de amor, viola de rueda, zanfona, zanfonia, zanfonía, zanfoña, zamponna, zampoña e zarrabete.


História do instrumento


Como se faz uma zanfona

Anxo Pintos toca zanfona

viernes, 17 de abril de 2009

Tirando as fotos da gaveta

Em dezembro de 2007, recebi uma notícia impactante: havia ganho uma bolsa e iria passar uma temporada na Galícia. Era tudo o que eu queria. Na minha casa sempre se acumularam fotos enviadas por parentes que ficaram na regiao. Eram pessoas nas portas de suas casas de pedra e homens com uniforme militares. Ir ao encontro dessas memórias revelou-se uma experiência com múltiplos desdobramentos e descobertas. Durante esse período, além de muitos elementos para a minha pesquisa, colecionei imagens e observaçoes que desejo compartilhar. Sao histórias e elementos culturais sem muita repercussao quando o assunto é Espanha. E já que tenho centenas de fotos nas gavetas virtuais deste computador de onde escrevo, por que nao dar minha contribuiçao para que mais e mais pessoas possam conhecer Galícia?